
#MAMÁSENTRIBU
¡BIENVENIDAS! Esta es nuestra tribu virtual; aquí compartimos relatos, experiencias, dudas y miedos. También compartimos cuando encontramos algún camino que nos parece acertado y creemos importante que otras mamás se enteren.
¡Escribinos, dejanos tu relato y una foto para que esta tribu crezca cada vez más!

Reinventarnos… esa fue la clave.
Reinventarnos… esa fue la clave.
Este año que pasó, a todas nos movilizó y nos exigió adaptarnos😥
Nosotras nos reinventamos. Tuvimos que hacerlo rápido, apelando a nuestra capacidad de cambiar e innovar. Las dos, además trabajamos en salud pública por lo que este año fue de muchísimo trabajo.
Decidimos cerrar la casita del Centro Integral en Abril, con algunas sensaciones encontradas, pero con la seguridad de que teníamos que encontrar la manera de seguir cerca de las #mamásentribu. Y así fué, en Marzo comenzamos con los talleres online, que fueron un éxito. Creemos que todas sentimos esa necesidad de mantenernos en contacto, de acompañarnos, aunque sea por medio de lo virtual.
Obvio que los talleres virtuales no son iguales a los presenciales. Pusimos lo mejor de nosotras para que la calidad de nuestros talleres siguiera igual, para que podamos interactuar y compartir experiencias. Lo mejor de la virtualidad fue poder acercarnos a otras mujeres de otras partes de Argentina. Fue hermoso compartir con #mamás de otras provincias (¡Gracias por elegirnos!). También creamos tribus de mujeres virtuales (a través de Whatsapp), para compartir info, tips, contenernos y apoyarnos. Y la bomba del año fue el lanzamiento de nuestra web www.centrointegralfamilia.com.ar
⭐Talleres Preparto
⭐Talleres de Crianza Respetuosa
⭐Talleres de BLW
⭐Talleres de Lactancia
⭐Talleres de Puerperio
⭐Talleres de Ejercicios de respiración y relajación para el trabajo de parto
Acompañamos a muchas mujeres y a sus familias durante su embarazo, trabajo de parto, puerperio y en la crianza. Fuimos muy felices haciéndolo y queremos seguirlo haciendo!
Gracias por estar juntas en este 2020. Las abrazamos fuerte💕
#2020 #2021 #centrointegral #maternidadreal #maternidad #embarazo #embarazoCIF #puerperioCIF #crianzaCIF #crianzarespetuosa #partorespetado #partohumanizado

La infoxicación en la maternidad
La infoxicación en la maternidad
¿Alguna vez escuchaste esta palabra? ¿Sabes a qué hace referencia? Este término es utilizado cuando estamos frente a una gran cantidad de información sobre un tema determinado. Esta información puede provenir de distintos medios y fuentes: redes sociales, libros, tv, diarios, consultas con profesionales, etc.
Cuando esto sucede, la información intoxica y cumple un papel opuesto al deseado. En la maternidad (y creo que en cualquier etapa de la vida), la información debe ayudarnos a tomar decisiones autónomas, a comprender mejor algún proceso, a despejar dudas y miedos. Cuando esto no ocurre, y la información pasa a confundirnos, a volverse mandatos, a nublar nuestro criterio y afectar nuestra autonomía nos encontramos frente a una INFOXICACIÓN.
¿Y esto cómo se cura? Eligiendo la información, optando siempre por fuentes confiables, y poniendo un límite: “hasta acá leo”, “hasta acá escucho”. También es fundamental cultivar la confianza en tu criterio: sos vos la mama, confiá en tu criterio, como dice la Licenciada en Psicología, Carolina Mora
¿Te pasó de leer y escuchar tanto sobre algún tema vinculado a la maternidad que comenzaste a sentirte aturdida?

RELATO DE NACIMIENTO
RELATO DE NACIMIENTO ♡ Segundo embarazo y un deseo ferviente de tener un PVDC, es por eso que cambiamos de obstetra buscando un acompañamiento más respetuoso de nuestra decisión como padres. Este bebé venía con mucho más peso y se notaba en la mega panza que hizo que no pudiera ponerme más mis pantalones desde el tercer mes!
Los meses transcurrieron con tranquilidad, decidí hacer de nuevo el curso de preparto, esta vez con un punto de vista mucho más fisiológico, es así que traté de sacarme un poco el chip del control y confiar en que mi cuerpo iba a saber qué hacer llegado el momento. Semana 39 y Maxi seguía creciendo. Para los que me conocen, saben que soy fanática de la organización y los excels, así que el check list ya estaba doblemente chequeado con todo lo necesario.
Karina, mi obstetra, una persona super dulce, nos acompañó desde el día 1 con nuestra decisión de esperar un parto vaginal. Nos aclaró que en este caso teníamos que esperar que el parto se desencadene solo sin inducir nada. Sin embargo, a 4 días de la FPP, la última ecografía ya nos indicó que venía un bebé de más de 4 kg y finalmente programamos la cesárea para el día siguiente. Volví a mi casa con cierta tristeza, confiando igualmente en la sugerencia de mi doctora y aceptándo la decisión tomada.
Ese martes, me desperté y cuando me paré me di cuenta que rompí bolsa. Entusiasmada desperté a mi marido y le avisé. Él, medio que se asustó y quiso que, como en las películas, vayamos urgente a la clínica. Mi temperamento tranquilo se adueñó de la situación y primero le avisé a Karina. Preparamos todo tranquilos, nos pusimos a limpiar la casa (más de lo que estaba), dejamos a nuestra hija en la casa de su abuela, y partimos a la clínica.
A todo esto, continuaba la inundación de mi rotura de bolsa, nunca
pensé que podía salir tanto líquido. Estaba ilusionada
esperando que comenzara el trabajo de parto, las contracciones, el dolor,
todo para lo que me había preparado. Sin embargo, nada de eso
llegó y las horas pasaban. Muchos años atrás tuve una
operación en mi cuello uterino y sabía que podía llegar
a no dilatar, y efectivamente pasó nuevamente.
.
Eran las 13 hs y ya estaba lista para entrar a quirófano. Recé a Dios, al universo, repetí mis afirmaciones positivas y entré tranquila a dar a luz. El equipo médico fue super amable en todo momento, hicieron que fuera un parto respetado como quería y como el que todas las madres se merecen. Me indicaron en todo momento los procedimientos, me presentaron todas las personas, se conocían bien, se sentía en el ambiente que era un equipo de trabajo aceitado. 13:21 nació Maximiliano, lo sentí cerca mío, lo hablé, lo olí, lo besé. No recuerdo cuánto tiempo, pero luego se fue con su padre para sus primeros controles y, como el papá sabía, para complementar la "hora sagrada" en sus brazos.
Lo primero que hicimos al salir fue buscar a nuestra hija y presentarle a su hermanito, un momento hermoso y emocionante, nuestra pequeña familia al fin toda junta.

¿A vos también te pasa?
¿A vos también te pasa?
Horas de sueño acumuladas
Cansancio, a veces, extremo
Dolor de cuerpo después de una noche super incómoda en la cama
Sentirte frustrada cuando no quieren comer lo que les ofreces
Ganas de salir corriendo cuando la casa está “patas para arriba”
Ganas de llorar cuando nada lo/la calma
Sentirte culpable por ponerles la tv para que estén tranquil@s un rato
Desear un momento propio, sin preocupaciones ni pendientes
Y al mismo tiempo….
Desear que el tiempo no pase rápido para poder disfrutar cada momento de su crecimiento.
Sentir un amor infinito que todo lo hace posible
Querer profundamente tenerlos cerca
Extrañarlos cuando no están
Sensaciones, pensamientos, emociones, a veces contradictorias, que conviven en nosotras y nos atraviesan día a día...
¿También les pasa? ¿Qué otras sensaciones les presenta la maternidad?

“La culpa no es del chancho, sino del que le da de comer”
Me dijeron esta frase como “consuelo” un día que estaba literalmente zombi😴… Otra noche más sin dormir; horas y horas dando teta, abrazándola, agarrándole su manito. Clarita es así (como la mayoría de los bebés), duerme salteado y se despierta varias veces durante la noche.
“Ya va a cambiar”, “aprovechá y dormí una siestita”, “qué difíciles que son esas noches”... Cualquiera de estas frases me hubieran ayudado a sentirme comprendida🤗
“La culpa no es del chancho…” ¿Qué me quiso decir?🤔 Que la CULPA no es de Clarita sino mía, porque yo respondo a cada llanto de ella, porque hacemos colecho, porque le doy teta de noche. Uff!!! Fué un montón para mi.
Despejemos: ¿una beba tiene CULPA por no dormir bien? Claro que no!!! ¿Una mamá es culpable por atender a su bebé de noche, acunarla y darle teta? Claro que no!!!
L@s bebés necesitan a sus mamás, necesitan que estén presentes en estos microdespertares nocturnos🌛. La teta, la piel, el latido del corazón, la respiración de la mamá es todo lo que necesitan para volver a conciliar el sueño. Ya crecerán y dormirán toda la noche. Mientras tanto, si te cruzás con una mamá zombi🧟♀️, no la juzgues por favor!

“Para criar un niño, se necesita una tribu entera”⠀
En tiempos antiguos, la crianza de l@s hij@s era una responsabilidad compartida de la comunidad a la que pertenecías. Por lo general, las mujeres criaban juntas a sus hij@s, repartían tareas y cada bebé era “responsabilidad de todas”. De este modo, las mujeres con más experiencia enseñaban a las mamás primerizas. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
En la actualidad, en la mayoría de las familias, la crianza es cuestión de la familia nuclear. Así, mamá, papá y l@s hij@s (o cómo esté conformada esa familia) se convierten prácticamente en una isla y l@s adult@s nos sentimos muy sol@s en esta gran tarea. Hoy, la mayoría de las abuelas y abuelos trabajan, van al gimnasio, se juntan con sus amigos y tienen mil planes. Ya no se cría entre much@s.⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Volver a las raíces y juntarnos en tribu nos resulta muy contenedor a muchas mujeres. ¿Qué significa hacer una tribu? Significa juntarse con otras mujeres o con otras familias, con hij@s de edades parecidas y compartir. ¿Pero compartir qué? Lo que cada una sienta y necesite. Hay tribus de mujeres que se juntan cada 7 o 15 días a conversar sobre cómo se sienten criando, a darse apoyo, a pensar estrategias juntas… A veces estos grupos están coordinados por un profesional especializado en maternidad y crianza, quien aporta sus conocimientos, herramientas y técnicas. Otras tribus comparten aspectos vinculados a la crianza: llevan y traen de la escuela, una mamá cuida a l@s niñ@s de varias familias mientras l@s otr@s adult@s trabajan, etc.⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
No existe “una manera” de hacer tribu que sea la correcta o que esté bien. Lo importante es reconocer lo duro que puede ser criar en soledad y buscar a otras mujeres que estén sintiendo lo mismo. De ahí, juntas, le irán dando forma a su tribu...

“RELATO DE NACIMIENTO”⠀
Les cuento mi cesárea, no quiero hacer público mi nombre pero quiero compartirla.
Fui a cesárea por decisión, ya estaba muy dolorida por mis enfermedades crónicas, mi ginecólogo excelente desde el día 1 y respetó cada palabra. El día de la cesárea me pusieron epidural, no sentí nada solo mucho dolor en las rodillas y me puse nerviosa, me acosté tranquila pidiéndoles que no me toquen las rodillas nada más y el anestesiólogo empezó a maltratarme verbalmente, amenazó que el papá no iba a entrar porque yo me portaba “mal”... Yo estaba muda, mi doctor cuando estaba por sacar a mi bebé le dijo que por favor deje de molestar y deje entrar al padre a ver a su bebé. Logró que lo dejen entrar, Papá se fue con el bebé y yo empecé a temblar (dicen que la anestesia provoca eso) y sus palabras fueron “y ahora que le pasa?!”
Salí asustada, me sentí muy sola. El momento más importante de mi vida al final estuvo inundado de miedos...

“ Nuestra experiencia de lactancia (Caro y Clarita)”⠀
El 23 de diciembre se cumplieron 6 meses de que con Clarita asumimos este gran desafío de la lactancia materna exclusiva. Y la verdad es que fue y sigue siendo un camino con tantos altibajos, que me dieron ganas de compartirlo con las #mamásentribu.⠀⠀⠀⠀
¿Por qué escribir sobre nuestra experiencia de lactancia? Lo comparto para visibilizar que dar solo teta no es fácil, que depende exclusivamente del DESEO de la mamá y que es fundamental respetar ese deseo. También para hacer visible el rol de la pareja y de las redes de apoyo en la lactancia.
Hoy me siento feliz de amamantar a Clarita, verla grande, fuerte y sana es mi mayor recompensa. Sentir que yo produzco su alimento me hace sentir fuerte...⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Desde que Clari estaba en mi panza sentí muchas muchas ganas de poder darle sólo teta (quizás también tiene que ver con que a Nico le di teta y mamadera desde muy chiquitito). Si miro hacia atrás, este camino no fue para nada fácil. Con Clarita consultamos a toda asesora en lactancia que existe en Salta, trabajé mis sombras, mis miedos. Me dolió, me costó y aprendí mucho!
Tuve el apoyo incondicional de mi pareja, quien me acompañó a cada consulta, me abrazó cada vez que lloré porque pensé que no iba a poder, me acomodó miles de almohadones y me regaló miles de palabras de aliento. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Tenía ganas de compartirles que el camino de la lactancia es distinto según cada pareja lactante, y lo que es indiscutible es el deseo y la elección de cada mujer. Recibir miradas amorosas y palabras de apoyo es lo que muchas mamás necesitamos, sea cual sea la decisión que tomamos. Entre nosotras, mujeres y madres que construimos nuestra maternidad día a día, nos brindemos sostén y compañía para que podamos disfrutar de este camino

“ Relato de Nacimiento💕”Mi beba se dió vuelta en la semana 38””⠀
En la semana 34 de embarazo me hice una ecografía para ver cómo venía mi bebé y cómo venía todo para el parto. Me dijeron que estaba de cola y una semana después en el control con el obstetra me dijo que seguía de cola y que habían muy pocas probabilidades de que se dé vuelta, y empezamos a hablar de #cesárea.
Personalmente creo mucho en la fuerza de la meditación y las energías así que llegué a mi casa y empecé a buscar ejercicios y meditaciones para ayudar a mi bebé a ubicarse para un parto natural. También hablamos con ella; todos los días le pedía que se ubique, le decía "hagamos esto juntas, vos tenés que decidir cuándo y cómo querés llegar al mundo, mamá está con vos y entre las dos nos vamos a ayudar".
En la semana 38 me hice otra eco y mi hija ya se había dado vuelta y estaba ubicada para un parto natural. ¡Estaba feliz! Al médico le llamó la atención que mi bebé sea tan grande así que volvimos a hablar de cesárea porque pesaba 4 kilos y me decían que iba a ser un parto complicado. Nunca deje de hablar con ella. En la semana 39 yo tenía algunas contracciones pero no dilataba. El médico me dijo que podíamos esperar una semana más. Cuando cumplí las 40 semanas la situación era la misma y mi bebé pesaba 4 kilos así que el médico me dijo "pensá que puede ser cesárea porque no estás dilatando y no podemos llegar a la semana 41". Yo seguía hablando con mi bebé y teníamos hasta un martes 30 de Junio para que naciera, sino "cesárea".
El domingo 28 de Junio después de muchos ejercicios, caminatas, duchas calientes y muuuucho hablar con ella, nació por parto natural en contra de todos los pronósticos. Pesó 3,930 Kg y midió 49 cm. Esa conexión con mi hija que establecimos desde el primer momento de embarazo la seguimos teniendo hoy y es hermoso. Yo no le tenía miedo al #parto ni a la cesárea pero sabía que quería que ella decida cuándo nacer y cómo. Sabía que íbamos a estar juntas sea como sea.
Gracias Rocío por este hermosísimo relato!

“ RELATO DE NACIMIENTO ♡ PVDC ♡”⠀
Todo comenzó con mi primer hijo. Cesárea 39 semanas por inducción. Al año y medio queríamos buscar su hermanito. En el mientras me fui informando ¿Era tan así eso de que si tuviste una cesárea con el primero, el segundo también lo sería? NO, rotundo no.
Quedé embarazada y el paso siguiente era buscar un equipo que me ACOMPAÑE a transitarlo. Me tomé mucho más tiempo en elegir. Esta vez mi obstetra era una mujer, que fue suficiente la primera consulta para darme cuenta que era perfecta para lo que buscaba (40 minutos de consulta). Hizo el control pertinente y luego fue charlar de mi cesárea anterior, de explicar cómo funciona no solo mi cuerpo, sino también mi mente y mis deseos. Me dio el poder y la información. Se corrió del protagonismo. Me elevó a mi y a mi bebé.
Un día me levanté rara y recordé sus palabras “sentí tu cuerpo, escuchate”. Y confirmé que eran contracciones. Le dije a mi marido que lleve a mi hijo a los de mi hermana así hacíamos todo tranquilos. Me puse música, luz tenue, esencias y así fui pasando cada contracción. No quise estar con el minutero contando cada contracción, preferí escuchar mi cuerpo como ella me había dicho. Yo estaba confiada. Luego de 5 horas con contracciones, llegan algunas más intensas y decidimos ir al hospital. Cuando me hacen tacto tenía 5 de dilatación, me avisan que nos quedamos y que la iban a llamar.
Fuimos a la habitación y al rato llega mi obstetra. Me ayudó a atravesar el dolor de las últimas contracciones, me sostuvo. Me prendió ducha con agua caliente, me recomendó usar una pelota de pilates que ella llevó, el agua caliente fue un aliado en los dolores, además llevo té con hierbas, masajeador, velador para que el ambiente no tenga tanta luz, elementos para ir atravesando la oleada de contracciones. Listo, llegábamos a la fase final. Fuimos a sala de parto. Los pujos me dolían mucho, me recomienda pasarme a un banco DE PARTO, me invita a cambiar posiciones, ya me había explicado que allí lo llevaría mejor, por la apertura de la pelvis, la gravedad. Me pasé y los pujos fueron más llevaderos, siento el anillo de fuego y llegó él, de este lado de la piel: Luciano.
Me lo pusieron en el pecho, lo olí, lo bese, me impregne. Esperaron unos minutos que el cordón deje de latir y le dijeron a mi marido que lo corte si quería. Claro que quiso!! Una de las enfermeras puso la música que yo tanto escuche todo el final del embarazo, era una canción relajante que mi obstetra me había pasado para que este tranquila en medio de todo este contexto. Mi bebé se prendió al pecho, él mismo lo busco. Esperaron ese momento y luego se lo llevó la neo junto a mi marido.
En plena pandemia, aislados, con noticias desalentadoras todo el tiempo, me sentí plenamente confiada. Porque la vida se abría paso igual, aunque todo esté paralizado. Sentí ese poder mamífero todo el tiempo. No importaba terminar en cesáreas si eso era realmente lo mejor, sí me importaba que respeten mis tiempos y mis emociones. Tuve mi deseado, mágico y libre PVDC. Gracias equipo de salud y a mi marido, todos abrazaron mis contracciones y me sostuvieron.

“ RELATO DE NACIMIENTO ♡ Segundo embarazo y un deseo ferviente de tener un PVDC”⠀
es por eso que cambiamos de obstetra buscando un acompañamiento más respetuoso de nuestra decisión como padres. Este bebé venía con mucho más peso y se notaba en la mega panza que hizo que no pudiera ponerme más mis pantalones desde el tercer mes!
Los meses transcurrieron con tranquilidad, decidí hacer de nuevo el curso de preparto, esta vez con un punto de vista mucho más fisiológico, es así que traté de sacarme un poco el chip del control y confiar en que mi cuerpo iba a saber qué hacer llegado el momento. Semana 39 y Maxi seguía creciendo. Para los que me conocen, saben que soy fanática de la organización y los excels, así que el check list ya estaba doblemente chequeado con todo lo necesario.
Karina, mi obstetra, una persona super dulce, nos acompañó desde el día 1 con nuestra decisión de esperar un parto vaginal. Nos aclaró que en este caso teníamos que esperar que el parto se desencadene solo sin inducir nada. Sin embargo, a 4 días de la FPP, la última ecografía ya nos indicó que venía un bebé de más de 4 kg y finalmente programamos la cesárea para el día siguiente. Volví a mi casa con cierta tristeza, confiando igualmente en la sugerencia de mi doctora y aceptándo la decisión tomada.
Ese martes, me desperté y cuando me paré me di cuenta que rompí bolsa. Entusiasmada desperté a mi marido y le avisé. Él, medio que se asustó y quiso que, como en las películas, vayamos urgente a la clínica. Mi temperamento tranquilo se adueñó de la situación y primero le avisé a Karina. Preparamos todo tranquilos, nos pusimos a limpiar la casa (más de lo que estaba), dejamos a nuestra hija en la casa de su abuela, y partimos a la clínica.
A todo esto, continuaba la inundación de mi rotura de bolsa, nunca pensé que podía salir tanto líquido. Estaba ilusionada esperando que comenzara el trabajo de parto, las contracciones, el dolor, todo para lo que me había preparado. Sin embargo, nada de eso llegó y las horas pasaban. Muchos años atrás tuve una operación en mi cuello uterino y sabía que podía llegar a no dilatar, y efectivamente pasó nuevamente.
Eran las 13 hs y ya estaba lista para entrar a quirófano. Recé a Dios, al universo, repetí mis afirmaciones positivas y entré tranquila a dar a luz. El equipo médico fue super amable en todo momento, hicieron que fuera un parto respetado como quería y como el que todas las madres se merecen. Me indicaron en todo momento los procedimientos, me presentaron todas las personas, se conocían bien, se sentía en el ambiente que era un equipo de trabajo aceitado. 13:21 nació Maximiliano, lo sentí cerca mío, lo hablé, lo olí, lo besé. No recuerdo cuánto tiempo, pero luego se fue con su padre para sus primeros controles y, como el papá sabía, para complementar la "hora sagrada" en sus brazos.
Lo primero que hicimos al salir fue buscar a nuestra hija y presentarle a su hermanito, un momento hermoso y emocionante, nuestra pequeña familia al fin toda junta.